Aproximadamente 600 km separan el Jardín de la República con la pintoresca ciudad de Sunchales, esa fue la cantidad multiplicada por dos, que tuvieron que recorrer los fanáticos decanos para ver al equipo más ganador del torneo y al candidato mas firme para obtener el ascenso.


Eran las 14 cuando el campus que le brindaron a la parcialidad del deca se colmó de los devotos por la celeste y blanca. Algunos preparaon el tradicional asado, otros empezaban a entrar en calor con el infaltable fernet, algunos buscaban las cámaras de los medios partidiaros para convertirse en decanos famosos, y estaban aquellos que aprovenchando el día soleado se calzaron los anteojos de sol y se recostaron en el cesped ...todo servía para mostrar que la inimitable estaba presente, como así la gente de la filial de Buenos Aires que con el brillo en sus ojos no podían ocultar la felicidad que generaba saber que por fin se iban a encontrar con su gran amor: Atlético.



El espectáculo empezó en las tribunas que quedaron chicas para los visitantes y que a la vez se convirtieron en un verdadero peligro puesto a que varios escalones terminaron por romperse. Luego la posta se la pasaron al los once guerrilleros que a dirigidos por Solari demostraron una vez más que la categoria les queda chica.



Si tuviera que elegir me quedo con los primeros 45' donde se vio al máximo el excelente nivel de juego que despliega el decano. La segunda mitad tendría que haber servido para asegurar el partido, de todas formas el encuentro se ganó a la manera de Atlético: con garra, futbol champagne y sufrimiento por estar en condición de visitantes y por el arbitraje que en varias ocasiones dejó mucho que desear.



La hinchada sueña con el ascenso, se viene Talleres y se termina en Río Negro...Señores a no desesperar que el Nacional B nos espera.